La palabra mándala proviene del Budismo y del Hinduismo, son representaciones simbólicas o espirituales.
Fueron introducidos en el aula y en terapias como recurso para conseguir la relajación y concentración. Son una técnica muy eficaz.
En la web podemos encontrar diversas páginas en las que podemos descargar mándalas para niños, e incluso para adultos. Estos fueron realizados por alumnos de 4º de primaria. Hay diferentes niveles de dificultad y me parecen una buena herramienta de preescritura (deben rellenar un espacio y formas geométricas adoptando diferentes trazos).
Yo os quiero presentar una experiencia en la que participé el año pasado con mi hijo, realizar MANDALAS CON LA NATURALEZA con Inés de Barros Baptista (os invito a ver algunas de sus obras en su página de Facebook, ¡son increíbles!) y otros que se publicaron en Orientación Andújar, tras proponerles la actividad.
Creo que es una bonita actividad para estas vacaciones. Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo un ejemplo.
A demás de la creatividad (ningún Mándala es igual), entran en juego otras habilidades, la psicomotricidad fina, se trabajan los colores, el gusto por lo bonito, las figuras geométricas, los tamaños, se potencia la inteligencia naturalista....
Los materiales son alimentos que tengamos en casa o flores, hojas, palitos, piedras, conchas....que encontremos en la naturaleza. Inés Barros proporcionaba para los más pequeños una base de corcho redonda, para poder hacer la forma circular.
La actividad se puede dividir en dos momentos, uno de recogida de materiales dando un paseo y observando la naturaleza y otro la realización del mándala. Y no tiene límite de edad.
¡ Divertíos con esta propuesta!
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