viernes, 28 de febrero de 2014

EL PODER CURATIVO DEL LLANTO

Ayer mi hijo me volvió a dar una lección de psicología infantil...
 
Uno de mis libros de cabecera es "El mundo emocional del niño" de Isabelle Filliozat. Acababa de leer el capítulo "la vida es emoción" en el que nos invita a ESCUCHAR a nuestros hijos, no solo oirles, sino a ESCUCHAR, sí con mayúscula, negrita y subrayado...el mensaje profundo de sus emociones, sus llantos, sus comportamientos.
 
Ayer cuando fuí a recogerle del cole, lo primero que me dijo fué "mamá, hoy no te voy a contar mi día, ni a papá esta noche" y le dije: está bien cariño, no has debido tener muy buen dia...y le dí un beso. Respeté su mensaje. Al subir al coche me preguntó dónde íbamos (solemos ir al parque, a la biblioteca, a jugar con algún amigo....) antes de ir casa. Expliqué que hacía frío y mal tiempo para ir al parque y le propuse ir a la biblioteca, él pidió ir a casa de un amigo y le expliqué que no podíamos porque su mamá esa tarde tenía muchas cosas que hacer....empezó a gritar y a llorar...y pidió ir a casa de otra niña del cole....no puede ser, no nos han invitado y no sé dónde vivo....cada vez lloraba más y más, con una angustia horrible, gritaba.....recordé lo que había leido: El poder curativo del llanto.
 
El llanto profundo forma parte del duelo y de la cura de las heridas profundas, es una MANERA DE ELIMINAR LAS TENSIONES EMOCIONALES,  "los lloros son un esfuerzo del organismo para reconstruirse, son el esfuerzo terapeútico" dice Isabelle. "Llorar hace bajar la tensión arterial, permite eliminar toxinas, relajalas tensiones muscularesrestablece la respiración."
 
Instintivamente, nos sale el "no llores cariño, venga no pasa nada...." pero SÍ PASA, el niño necesita soltar esa tensión...no somos capaces de escuchar el llanto, es algo que nos pone muy nerviosos, que abre heridas....PERO ES NECESARIO ACOMPAÑAR ESE LLANTO NO ACALLARLO.
 
Le dejé llorar, hablándole en tono tranquilo y diciéndole que si iríamos a la biblioteca, que le quería...no le podía abrazar porque estaba conduciendo y en ese momento probablemente hubiera rechazado mi abrazo....de pronto, como por arte de magia, se calmó y me contó el motivo de su llanto...no era porque quería ir a casa de un amigo.....empezó a HABLAR y yo PUDE ESCUCHAR. Su profe se había enfadado con él porque le había dicho que no podía hacer algo y él veía una injusticia el no poder hacerlo, asi que lo hizo....imagino la situación, porque también como padres nos pasa cientos de veces....el caso es que él estaba dolido ante la injusticia de que le prohibieran hacer lo que él pensaba correcto y ante el enfado de su seño. Al contarlo se quedó tranquilo, pasamos una tarde maravillosa en la biblioteca y en casa, esa noche NO COMENTAMOS cómo nos había ido el día...el tema quedó zanjado y su DOLOR CURADO.
 

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